Cómo saber si un niño necesita aparatos para los dientes
Es una de las preocupaciones de los padres hoy en día y casi una moda entre adolescentes. Los aparatos en los dientes cumplen varias funciones y sí, una de ellas es estética. Una sonrisa bonita es muy importante a cualquier edad y no se debe tomar a la ligera.
Además, los aparatos en los dientes corrigen cualquier problema en la mandíbula, garantizan que la función de masticado se realiza correctamente, además de ayudar a tener una correcta salud dental.
Cómo saber si un niño necesita aparatos en los dientes
Siempre hay que consultar a un especialista. En Hospitales Juaneda disponemos de profesionales expertos en el cuidado de la dentadura para todas las edades.
Sin embargo, existen algunas pistas que pueden hacer pensar que un niño necesita ortodoncia para corregir la posición de los dientes o modificar los huesos de la mandíbula cuando todavía están en desarrollo.
Es muy importante que los niños acudan al dentista de pequeñitos para que se pueda detectar cualquier problema en una etapa muy inicial y empezar a corregirlo cuanto antes.
La Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) aconseja que los niños vayan al ortodoncista por primera vez a la edad de 6 años.
Pero mientras llega el momento, se pueden observar algunos indicios:
1. Si el niño ha usado chupete durante demasiado tiempo, o se ha chupado el pulgar, puede que los dientes hayan empezado a sufrir alguna malformación, al igual que el paladar. Los pediatras recomiendan retirar el chupete a los dos años o antes, para evitar desplazamientos u otros problemas dentales.
2. Cuando el niño mastica hay que observar si tiene la mandíbula cruzada, es decir, cuando cierra la boca los dientes superiores se colocan detrás de los dientes inferiores.
3. Si el maxilar y la mandíbula son de tamaños demasiado diferentes lo veremos en el perfil del infante. A nivel dental, la fila superior queda justo delante de los dientes inferiores, dejando muy poca distancia entre ellos.
4. Cuando los dientes no están bien alineados, es decir, se superponen unos a otros, puede dificultarse el proceso de masticación, pero sobre todo el de limpieza e higiene.
5. A veces los niños tienen problemas para respirar por la nariz y lo hacen por la boca casi todo el tiempo. Esto deriva en una profundización del paladar y un estrechamiento del maxilar superior que suele acabar con unos aparatos en los dientes.
6. Los niños se caen constantemente, y muchas veces tienen las manos ocupadas y no las ponen en el suelo, con lo que la boca suele ser la más perjudicada. En caso de pérdida prematura de dientes de leche, hay que valorar si hace falta utilizar un separador dental que mantenga el espacio adecuado para cuando llegue el momento de que salga el diente definitivo.
7. O lo contrario: si se observa una pérdida tardía de dientes de leche es posible que no haya “recambio”, y que el diente permanente no se haya desarrollado.
8. Cuando un niño tiene dificultades para hablar o no pronuncia bien puede ser porque la lengua obstaculiza la formación de palabras. En este caso no sólo habría que consultar a un ortodoncista, sino también pedir una cita con el logopeda.
9. Si un niño muestra mordida abierta, es decir, los incisivos superiores y los inferiores no contactan, hay que observarlo y comentarlo con el dentista u ortodoncista. Puede ser que se trate de un mal hábito adquirido por el pequeño, o derivarse de una causa esquelética.
10. Se producen chasquidos al abrir o cerrar la mandíbula, hecho que, además de resultar muy incómodo, provoca dolores de cabeza y cuello.
Una vez observados algunos de estos síntomas, es recomendable pedir una cita con el equipo de odontólogos de Juaneda Hospitales para que realicen la valoración correspondiente.
Cada caso es único, tanto los niños que necesitan aparatos en los dientes, como los que no, por este motivo un profesional determinará qué hacer y qué tipo de ortodoncia recetar en cada caso, así como la edad perfecta para empezar a aplicarla.
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