«La embolización de miomas uterinos es un tratamiento mínimamente invasivo, eficaz y con una recuperación muy corta»
- Los miomas uterinos pueden producir sangrados uterinos abundantes y problemas de fertilidad, entre otros síntomas . Ginecólogos y radiólogos intervencionistas de Juaneda Hospitales estudian cada caso y ofrecen un tratamiento personalizado a las mujeres con miomas sintomáticos.
- La Unidad de Radiología Intervencionista de Juaneda Hospitales, que dirige la Dra. Anna Alguersuari, realiza la embolización de miomas uterinos, una terapia mínimamente invasiva que consiste en tapar las arterias que irrigan estos tumores benignos, reduciendo su tamaño de forma definitiva.
La embolización de miomas uterinos es un procedimiento que llevan a cabo los radiólogos intervencionistas y que permite tratar esta afección. Los miomas uterinos son los tumores benignos más frecuentes en las mujeres. Pueden producir menstruaciones abundantes y problemas de fertilidad, entre otras alteraciones. El procedimiento consiste en tapar las arterias uterinas que irrigan los miomas mediante un cateterismo. La embolización es una intervención muy agresiva con el mioma, pero muy poco para la mujer. En pocos días, la paciente se recupera del procedimiento y en unos meses normaliza sus menstruaciones y los problemas asociados que padecía. La Dra. Anna Alguersuari, directora del Servicio de Radiología de Juaneda Hospitales y de la Unidad de Radiología Intervencionista de este complejo, explica esta enfermedad y sus opciones terapéuticas.
–¿Qué son los miomas uterinos?
–Son los tumores benignos más frecuentes en las mujeres. A menudo son asintomáticos, con lo cual, en principio, no deben tratarse. Sin embargo, pueden generar síntomas, como las menstruaciones con sangrados muy abundantes, que provocan anemia e invalidan a la paciente para las actividades de la vida diaria. Además, al crecer, pueden comprimir la vejiga, provocando la necesidad constante de orinar; comprimir el recto, dificultando la defecación, o afectar a cervix y vagina dando lugar a dolor al mantener relaciones sexuales. Además, los miomas sintomáticos o asintomáticos pueden ser una barrera para un embarazo en buenas condiciones: el útero tiene que poder crecer durante el embarazo. Los miomas, que ocupan espacio y distorsionan su arquitectura pueden impedir o dificultar la implantación del óvulo o hacer que se produzcan abortos a lo largo de la gestación. En estos casos los miomas también deben ser tratados.
–¿Cómo se tratan los miomas?
–Me gusta pensar en los miomas como una patología que se tiene que abordar desde un punto de vista multidisciplinar. Ginecólogos y radiólogos intervencionistas deben coordinarse para llevar a cabo la estrategia terapéutica que más va a favorecer a cada mujer. No todos los miomas se tratan de la misma manera. Cada técnica es efectiva en determinados casos, pero tiene unas limitaciones. Por ejemplo, si un mioma se puede extirpar con una miomectomía, procedimiento que hacen los ginecólogos, probablemente ese sea el tratamiento de elección. Con esta intervención se soluciona el problema de un modo muy poco invasivo, de forma prácticamente definitiva y con una rápida recuperación. Pero cuando los miomas son muy grandes o múltiples, esta técnica no es posible.
–¿Qué otras opciones hay?
–Otra opción es la ablación, una técnica muy poco invasiva. Consiste en insertar una aguja en el lecho del mioma y quemarlo. La recuperación es increíblemente rápida y los resultados son buenos. Sin embargo, puede haber recurrencias y tiene las mismas limitaciones que la miomectomía, en cuanto al tamaño o número de los miomas, que son tumores muy vascularizados, con muchísimos vasos, por lo que puede ser difícil lograr quemarlos del todo sin son grandes o múltiples.
–Llegamos así a la embolización.
–Así es. Aunque hay otras técnicas, la embolización de miomas uterinos, que llevan a cabo los radiólogos intervencionistas en colaboración con ginecólogos, permite tratar miomas múltiples o muy grandes de manera global y efectiva. Por eso insisto tanto en la multidisciplinariedad. Es fundamental evitar la histerectomía, es decir, extirpar el útero, que ha sido la opción tradicional. Hoy sabemos que el útero hay que preservarlo a cualquier edad por su gran importancia en el equilibrio hormonal y la salud cardiovascular de la mujer. Con procedimientos como la embolización de los miomas uterinos, logramos esa preservación.
–¿En qué consiste?
–Se efectúa una embolización de las arterias uterinas, procedimiento que realizamos los radiólogos intervencionistas y que consiste en un abordaje por la arteria femoral (desde la ingle) o por la radial (desde la muñeca) desde donde navegamos a través de los vasos, hasta las arterias uterinas, que son dos, ubicadas a la derecha y a la izquierda del útero. Se trata de una arteria con forma de U, muy grande, fácil de identificar y de meternos dentro con el catéter. Una vez dentro de las arterias uterinas, las embolizamos o tapamos, dejando al mioma sin riego sanguíneo, reduciendo significativamente el tamaño del mioma. El efecto inmediato es la
normalización de las menstruaciones, antes abundantes, que ocurre en el 95% de los casos entre uno y tres meses después de la intervención. Este es el efecto más inmediato y en lo que somos más eficaces. Secundariamente, tras un año, el mioma se atrofia, reduciendo su tamaño un 50%, con lo que se acaban los síntomas por ocupación de espacio y deja de interferir en la implantación ovular y en el crecimiento uterino en caso de gestación.
–¿Es ésta una intervención agresiva?
–Es una intervención muy agresiva con el mioma, pero mínimamente invasiva con la paciente. Se realiza con un ingreso hospitalario de solo dos o tres días y tras una semana la paciente recupera su actividad diaria normal. Les ofrecemos una solución, casi siempre definitiva, para un problema de salud que a menudo las ha perjudicado durante años antes de dar con la solución. Además, la tasa de recurrencia es baja, de entre el 10% y 15%.
–¿Hay casos en los que la embolización no esté indicada?
–Cada caso debe valorarse de forma personalizada y con un equipo multidisciplinar. En los casos en los que el mioma es un obstáculo para la gestación, si se trata de un mioma único y pequeño, tanto la miomectomía como la radiofrecuencia son buenas opciones. En cambio, en el caso de muchos miomas pequeños o grandes, que no podemos extirpar individualmente, con la embolización podemos tratarlos a todos a la vez, de forma global. En estos casos la embolización es la mejor opción, ya que permite tratarlos todos sin importar su número o tamaño, preservando la integridad del útero.