Trucos para no sucumbir al estrés navideño
En Navidad, más que nunca se aconseja hacer caso del protocolo en la mesa para no crear conflictos así que no hay que:
1. No hablar de política
2. No hablar de dinero
3. No hablar de religión
Pero las fiestas que tanta alegría causan a los más pequeños de la casa pueden ser una fuente de estrés para los adultos. La obsesión por crear recuerdos únicos, la necesidad de satisfacer los deseos de todos, las ganas de agasajar con las mejores recetas de cocina… pueden agobiar al más preparado y acabar con la alegría navideña de cualquier hogar.
Los expertos de la unidad de psicología y psicoterapia de Juaneda Hospitales brindan algunos consejos para no sucumbir al estrés de la Navidad.
Cómo no dejarse llevar por el estrés navideño: unos días antes de las fiestas
Antes de que lleguen las celebraciones es el momento de hacer frente al estrés que ya se está gestando en el ambiente. Para evitarlo, los psicólogos recomiendan seguir estos consejos:
- Uno de los aspectos más importantes es evitar catástrofes económicas. No por ser Navidad vale todo. Hay que saber frenar a los niños y planificar un presupuesto acorde a las ganancias del mes.
- El cerebro no distingue entre problemas reales y problemas imaginarios. Se “agobia” igual con los primeros que con los segundos. Por este motivo es importante no regodearse en el fatalismo y tratar de no anticipar nada negativo.
- Hay que centrarse en el aquí y ahora. Un paseo bajo las luces navideñas, un regalo envuelto con cariño, un brindis sincero o una buena conversación son la mejor medicina para la ansiedad.
- Navidad no es sinónimo de quilos de más. Hay que vigilar lo que se come y bebe y procurar no cometer excesos. Y por supuesto, no dejar de lado el ejercicio físico porque luego puede ser más difícil retomar las buenas costumbres.
- Estos días es normal trasnochar más de lo acostumbrado, o que todos los horarios se cambien irremediablemente. Con niños es importante recuperar la rutina los días que no son propiamente de celebración, y los adultos también necesitan establecer sus horas de descanso y de sueño más allá de la fiesta.
Otra manera de acabar con los nervios que preceden estas fiestas es tener las cosas preparadas con antelación.
- Tener la vajilla preparada, elegir un menú que pueda estar listo tiempo antes de que lleguen los invitados, comprar bebidas y aperitivos con suficiente previsión… son pequeñas cosas que pueden ayudar a quitar tensión a las celebraciones.
- Santa Claus y los Reyes Magos tienen que prepararse con tiempo. Por esto es importante que los pequeños escriban sus cartas, acompañados, con días de antelación, y dejando muy claras cuáles son sus preferencias.
- No todo lo que se pide debe llegar sí o sí, y esta premisa sirve para niños y para adultos. Hay que saber decir no en todas las situaciones, regalos incluidos, en los que no estamos cómodos.
- ¿Navidad solitaria? Familia, amigos, conocidos… hay más personas en esta situación. Unirse para estas fechas puede ser un nuevo camino para todos.
Y por supuesto: vamos a compartir tareas. Todos los integrantes de una familia tienen que comprometerse para que las fiestas sean felices para todos. Ayudar en la preparación de las celebraciones es muy bonito, pero también hay que estar ahí para recoger tras las comidas y cenas, o cuando todo regrese a la normalidad.
Juaneda Hospitales, cerca de ti