Problemas que impiden dormir bien y cómo combatirlos
Dormir es un placer, pero también es como “parar en boxes”. Durante el sueño el cerebro recibe un gran impulso energético que hace que se active, la presión arterial cae, las hormonas del crecimiento son liberadas, los músculos se relajan… Todo son beneficios que no se producen si no se duerme bien.
Un buen descanso, según la Fundación Nacional del Sueño, puede verse perjudicado por estos factores:
- La edad: cuanto más mayores, menos necesidad de dormir. De hecho, en la tercera edad se reducen a seis las horas de sueño, y la profundidad y continuidad de este se ven afectadas.
- La salud: padecer enfermedades agudas o crónicas hacen que el sueño sea esquivo, de hecho, el dolor suele empeorar durante las noches.
- Cambios en las rutinas habituales: un cambio de horario o de trabajo, un viaje, o simplemente estar de vacaciones afecta al ritmo natural del sueño.
- El género: las mujeres tienen más problemas de insomnio que los hombres.
- La situación de vida y los casos de estrés puntuales: tener un hijo reduce drásticamente las horas de sueño durante una temporada. Además, el estrés, por el motivo que sea, es uno de los peores enemigos del buen descanso.
- La salud mental: la depresión y la ansiedad llevan parejos el insomnio. El hecho de no dormir puede hacer que una persona que ha padecido depresión recaiga en la enfermedad.
Los mejores aliados para dormir bien
La lógica indica que no hay que tomar cafeína ni sustancias estimulantes si se padece insomnio o dificultad para dormir. Lo mismo sucede con las cenas copiosas, la ingesta de alcohol, o el tabaco, que activan el organismo impidiendo que alcance la tranquilidad que necesita para sumirse en el sueño.
Los dispositivos móviles son los últimos enemigos que hay que erradicar, no sólo porque activan el cerebro, sino porque la luz que emiten dificulta el descanso.
¿Cuáles son nuestros aliados a la hora de dormir?
- Una habitación con la temperatura adecuada, e incluso, un poco más fresca que el resto de la casa, en la que no entre demasiada luz y donde no se escuche ruido.
- Utilizar técnicas de relajación, especialmente muscular, para relajar el cuerpo y predisponerlo a dormir.
- Controlar los estímulos, una técnica que supone, entre otros aspectos, irse a dormir sólo cuando se tenga sueño, tener horarios regulares para ir a la cama, o utilizar el dormitorio sólo para dormir, entre otros aspectos.
- Sustancias naturales como la melatonina, que ayuda a activar el sueño.
- Tener un día activo y haber practicado algo de deporte, pero nunca unas horas antes de dormir.
- No dormir durante el día, o hacer siestas cortas en caso de que sea necesario, para no robarle horas de sueño a la noche.
En Juaneda Hospitales disponemos de la Unidad del Sueño, que es la que se encarga de diagnosticar y tratar los trastornos del sueño.
Hay que quedarse a dormir en el centro para que se pueda registrar información muy variada y útil, como el tipo de ronquido, el movimiento ocular, la intensidad de la respiración el número de despertares del paciente durante la noche.
Estudiando todos estos parámetros se detectan problemas como la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas, la depresión, la narcolepsia, el sonambulismo, los terrores nocturnos o las crisis epilépticas nocturnas.
Si no estás seguro de estar descansando como corresponde, ponte en contacto con nuestros profesionales del sueño.