«Necesitamos y debemos cuidar la salud mental en los procesos de enfermedad oncológica» Juaneda

«Necesitamos y debemos cuidar la salud mental en los procesos de enfermedad oncológica»

Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer en Juaneda Hospitales nunca estará sola. Junto a la atención médica, Zaira Cabot, especialista en Psicooncología, le ayudará a mantener su salud mental para sobrellevar el proceso, desde la base que mente y cuerpo interactúan y benefician tanto el proceso de curación como la aceptación.

—¿Es necesaria la consulta con un psicooncólogo tras un diagnóstico de cáncer?

El diagnóstico ya es criterio para solicitar una cita con el Psicooncólogo. Estudiamos cómo afecta el diagnóstico al paciente y familiares en su vida diaria, evaluando sus cogniciones, comportamiento, emociones y relaciones. Supervisamos que el paciente no genere en paralelo un problema de salud mental por el impacto diagnóstico. O evitamos que un antecedente de salud mental evolucione a peor, tanto en el paciente, su entorno o relación entre ambos. Incorporamos hábitos saludables que benefician durante el proceso y en el estilo de vida posterior: una buena higiene del sueño, alimentación y deporte benefician a nuestro sistema inmune y estado anímico. Además, orientamos la conducta del paciente durante todas las fases de su proceso oncológico, para que se mantenga en un estado de bienestar emocional sin la presencia de síntomas depresivos o eufóricos. Para el paciente, es un camino desconocido. Le indicamos qué está dentro de su control a nivel de conducta y cognición, porque tienen un papel activo, ya que la lucha contra el cáncer la hacen los tratamientos e intervenciones, no el paciente o sus familiares.

—¿Cómo afronta un paciente un diagnóstico de cáncer, con buen o mal pronóstico?

Con realismo, resiliencia, expresión emocional, orden en el comportamiento, gestión del tiempo y apoyos. Todo ello sin obviar que es natural tener emociones negativas y expresarlas, pero haciendo hincapié en el concepto de proporcionalidad. Nos centramos en el aquí y ahora, sin positivismo absurdo y sin anticipar de forma catastrófica. Validando cada día sus emociones y centrando el comportamiento cognitivo y motor. Utilizando de forma lógica y funcional la información al día. En el mal pronóstico y final de vida, que no va siempre relacionado con el concepto metástasis, el paciente no puede elegir el final, porque el azar biológico ya lo ha dictado. Pero sí puede elegir cómo llegar hasta ese día. Es todo un reto el camino hacia el final. Hay conductas que hacer, emociones que expresar, cogniciones que verbalizar y legados que dejar. En el buen pronóstico, hay cambios que afrontar. Una vez se sale del proceso oncológico, la persona 'ya juega en otra liga'. La mayoría tienen otra jerarquización de sus valores éticos y morales, un cambio de perspectiva y mayor resiliencia para volver a incorporarse al ritmo de vida vertiginoso actual.

—Ante el diagnóstico, ¿suelen los pacientes expresar shock, desconcierto y temor?

No hay nadie que no tenga, por instinto de supervivencia, esas emociones. Les ayudamos desde la ciencia, modificando el comportamiento e instruyendo cambios a nivel cognitivo y emocional. Para escuchar y estar, ya tienen la ayuda valiosa de su entorno.

—¿Es también aconsejable la atención psicológica en pacientes con mejor pronóstico?

Es aconsejable en cualquier estado o pronóstico, ya que hay muchos detalles que conocer y mejorar. Aquí no hay positivismo, aquí enseñamos funcionalidad, realismo y equilibrio. Se instruyen cambios de estilo de pensamiento que a su vez generan cambios químicos. Cambios de comportamiento, relaciones, etc.

—¿Cómo puede ayudar el profesional de psicología a afrontar la probabilidad y/o la certeza de una muerte previsible a corto o medio plazo?

El Psicooncólogo es conocedor a nivel científico, formativo y de praxis del camino hacia el final de la vida. De forma objetiva y certera puede guiar al paciente y sus familiares. Ser muro, sostén y guía, para todos los cambios que están dentro de nuestro control hacer y los que ocurrirán por el proceso de enfermedad y abordar y ayudar a los familiares para el duelo posterior. Es importante la supervisión del estado de salud mental previo y su evolución. Y el posible desarrollo de problemas de salud mental tras el impacto.

—¿Después del miedo a la muerte, cuáles son los miedos más habituales?

El instinto de supervivencia hace que todos los miedos salgan a la luz. Y hay que mantenerlos a raya, en su justa proporcionalidad. No hacemos magia, no se pueden evitar pero sí contener. Tanto en su expresión de conducta, como en su expresión cognitiva. Evitando además que no se expresen a nivel fisiológico, con síntomas añadidos. Hay miedo a todo. A la incertidumbre en todas las áreas de la persona.

—Ansiedad, tristeza, rabia o angustia, rumiación de pensamientos negativos, ¿cómo se tratan estos trastornos en un paciente oncológico?

Se aborda el triple canal de respuesta: su expresión cognitiva (estilo de pensamiento). Su expresión fisiológica: síntomas físicos desencadenados por la química cerebral que subyace al estilo de pensamiento. Y su expresión conductual: relaciones, evitaciones, anticipación, descenso o aumento de actividad etc…Teniendo en cuenta la relación de éste triple canal de respuesta, en todas las áreas de la persona (social, laboral, familiar, sentimental, etc.)

—¿Es frecuente el miedo a cómo quedará el cuerpo tras la cirugía agresiva?

El miedo al cambio estético existe, claro. No podría hacer una apreciación de si es más o menos común. Es una demanda más en nuestra especialidad. Quizá el miedo mayor es, durante y después, al dolor físico y emocional, propio o ajeno.

—¿Qué papel juega la familia del enfermo, debe ofrecerse también asistencia?

En Juaneda Hospitales cuidamos del paciente de forma integral. La familia y el entorno juegan un papel importantísimo. No todos los pacientes tienen esa red de apoyo y entonces lo somos nosotros. En quienes la tengan colaboramos, con ellos, guiando e indicando. También tratamos al familiar como paciente, ya que el cáncer afecta a todo el entorno del enfermo.

—¿Cuál es el papel y su importancia del psicooncólogo en los comités de tumores, como el de Juaneda Hospitales?

Contemplar la salud mental de los pacientes en cualquier especialidad médica es de vital importancia. Mente y cuerpo no es una dualidad, van de la mano. Ambos se retroalimentan a nivel químico para bien o para mal. Un paciente que no sea funcional o esté con un estado de bienestar emocional a nivel mental puede entorpecer o perjudicar la adherencia terapéutica al resto de especialidades, influir en la recepción de un tratamiento médico, padecer problemas éticos, morales o de conducta etc. Pertenezco al grupo de comités de tumores y evalúo desde una perspectiva de ciencias la salud mental del paciente, trabajando de forma multidisciplinar con todos los compañeros.

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